Si por algo nos gusta la fotografía de bodas, es por la capacidad que tiene de conservar ciertos momentos en el tiempo. Lo mismo pasa con el vídeo.

Cuando estamos en una boda, intentamos contar una historia de la manera más fiel posible buscando momentos reales. Para ello, interferimos lo menos posible, fijándonos en cada momento para que así vosotros solo os tengáis que preocupar de disfrutar de vuestro gran día.

Nuestra meta es capturar esas pequeñas emociones que, a veces, pasan algo desapercibidas: los momentos de nervios durante los preparativos, la primera mirada entre los novios, la emoción que se genera durante un discurso, la alegría tras el "si quiero", y un largo etcétera de momentos que estamos deseando atrapar en el tiempo a través de nuestras cámaras.